Agua: además de contener flúor, beber agua es importante para eliminar los restos de alimentos en la boca.
No desprecies las fuentes de vitamina C, como las frutas (guayaba, anacardos, fresas), las verduras (pimientos, tomates) y los vegetales de hoja crudos (brócoli, coliflor, repollo). La vitamina C contribuye a la formación de colágeno, un componente importante para la salud de las encías.
Toma té: Algunos tés producen efectos antioxidantes en los dientes, lo que impide que se oxiden por la acción de los alimentos ácidos. El resultado son dientes menos ásperos y más protegidos.
No olvides los derivados de la leche: El calcio de la leche es esencial para mantener los huesos fuertes y sanos. La vitamina D, que ayuda a absorber calcio, también se puede encontrar en las verduras de color verde oscuro.
Los alimentos ricos en fibras contribuyen a conservar la salud gastrointestinal y su ingesta promueve la autolimpieza de los dientes, lo que mitiga la formación de la placa.
Evita lesiones: La falta de vitaminas del grupo B deja la boca vulnerable a lesiones, trastornos de la lengua y salivación excesiva. La vitamina B se encuentra en plátanos, carnes, vegetales de hojas verdes, cereales y huevos.
Vitamina K: Presente en los vegetales oscuros, esa vitamina influye sobre la coagulación de la sangre. Su deficiencia está relacionada con el sangrado, por ejemplo, de las encías.